ALUMINIO-RAHU

ALUMINIO

Descripción

El aluminio es un oligoelemento que puede ser peligroso e incluso mortal si se ingiere en cantidades excesivas. No se ha establecido la función del aluminio en la nutrición humana. El aluminio debilita los tejidos del tubo digestivo, el tracto digestivo desde la boca hasta el ano. Muchos de los efectos nocivos del aluminio provienen de la destrucción de las vitaminas. El aluminio se combina con muchas otras sustancias, impidiendo su utilización por el organismo.
El aluminio nunca está solo en su estado natural y forma parte de muchos alimentos de origen animal y vegetal. También se puede encontrar en el agua potable porque el sulfato de aluminio es un elemento utilizado en el proceso de purificación del agua y pueden quedar trazas de aluminio después del filtrado. Generalmente se agrega aluminio a la sal de mesa para evitar que se endurezca. Se utiliza en algunos productos contra el ácido del estómago. También se utiliza en envoltorios de alimentos, utensilios de cocina, herramientas, desodorantes, levaduras, como emulsionante en algunos quesos procesados ​​y para blanquear harinas.

Asimilación y almacenamiento

El cuerpo absorbe fácilmente el aluminio y se acumula en las arterias. Las mayores concentraciones se encuentran en los pulmones, el hígado, la tiroides y el cerebro. Generalmente se elimina la mayor parte del aluminio absorbido por el cuerpo. Según Adelle Davis, el magnesio puede reemplazar al aluminio en el cuerpo.
La mayor parte del aluminio consumido en la dieta proviene de aditivos alimentarios (como en el caso de los quesos fundidos). Los alimentos ácidos, como el ruibarbo, pueden absorber pequeñas cantidades del mineral si se cocinan en recipientes de aluminio. El cuerpo se adapta a dosis más altas con el tiempo, pero en personas jóvenes que padecen hipofosfatemia (un nivel bajo de fósforo en la sangre, como en el raquitismo) o en personas con trastornos del metabolismo óseo, esta adaptación puede resultar más difícil.

Dosis y toxicidad

El contenido total de aluminio en el cuerpo de un adulto varía de 0 a 150 miligramos. La cantidad media ingerida diariamente es de entre 10 y 100 miligramos. De esta cantidad el organismo puede eliminar fácilmente un porcentaje que oscila entre el 74 y el 96%. Las cantidades medias contenidas en los alimentos no interfieren con la absorción y utilización del calcio, fósforo, zinc, cobre, selenio, hierro y magnesio. Se cree que puede dificultar la absorción del fluoruro, pero es necesario realizar más estudios sobre el tema.
Cantidades excesivas de aluminio pueden provocar síntomas de intoxicación como estreñimiento, cólicos, pérdida de apetito, náuseas, trastornos dermatológicos, espasmos musculares en las extremidades inferiores, sudoración excesiva y pérdida de energía. Un paciente con síntomas de intoxicación por aluminio, que presentaba síntomas de irritabilidad, mala memoria y dificultad para concentrarse, fue tratado con suplementos de magnesio. Los pacientes con síntomas de intoxicación por aluminio deben abandonar el uso de utensilios de cocina fabricados con este material. Los médicos suelen desaconsejar beber agua del grifo. El riesgo de intoxicación se puede reducir si los niveles de calcio en sangre son buenos.

Grandes dosis de aluminio pueden provocar osteomalacia en pacientes en diálisis. Los problemas renales crónicos provocan un aumento de las enfermedades inducidas por el aluminio.
Pequeñas cantidades de sales de aluminio solubles presentes en la sangre provocan una forma lenta de intoxicación, caracterizada por parálisis motora y entumecimiento de algunas partes del cuerpo con degeneración grasa de los riñones y el hígado. También pueden ocurrir cambios anatómicos en los centros nerviosos y síntomas de inflamación gastrointestinal. Estos síntomas son el resultado del esfuerzo del cuerpo por eliminar el veneno.

Se ha descubierto que el gel de hidróxido de aluminio, un antiácido estomacal, reduce el fosfato en la sangre, lo que provoca disolución ósea, dolor y debilidad muscular. La ingestión de aluminio reduce la masa ósea y la formación de matriz y hueso perióstico. Las personas predispuestas a la osteoporosis deben tener especial cuidado con la ingesta de aluminio. Grandes cantidades aumentan la producción de orina de dos a cinco veces.

La intoxicación se ha asociado con trastornos propios de la vejez. La aplicación de cantidades infinitesimales de aluminio a la superficie del cerebro de algunos animales ha provocado ataques y convulsiones. Otros experimentos han demostrado que la inyección de sales de aluminio en el líquido que rodea el cerebro produce síntomas similares a los de la demencia senil. En otros experimentos, los gatos que recibieron aluminio tuvieron un aprendizaje más lento. La cantidad de aluminio en el cerebro del gato era equivalente a la que se encuentra en el cerebro de personas que padecen una enfermedad senil llamada «enfermedad de Alzheimer». Se han encontrado niveles de aluminio entre 10 y 30 veces superiores a lo normal en el cerebro de personas afectadas por esta enfermedad. Cantidades excesivas del mineral asociadas con la deficiencia de algunos otros minerales pueden predisponer a esta enfermedad. La relación entre el aluminio y la enfermedad de Alzheimer debería aconsejarle que evite el uso de sustancias recubiertas de aluminio. El tratamiento debe incluir medicamentos que se combinen con el aluminio para disminuir su absorción y aumentar su eliminación.
Las personas que toman antiácidos que contienen aluminio deben complementar con dosis de calcio de 2500 mg. El aluminio de los antiácidos también dificulta la absorción de fosfato. Los alcohólicos que toman antiácidos corren un riesgo aún mayor. Se cree que la enfermedad de Lou Gehrig puede ser causada por altos niveles de aluminio asociados con la exposición al manganeso.

Efectos y síntomas de la deficiencia.

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Efectos beneficiosos en las enfermedades.

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