LAS MALDICIONES PARTE 2

Las maldiciones se llaman Śrāpa en sánscrito. Un Śrāpa es creado por una persona que tiene un mérito espiritual adecuado y cuando se enfurece, entristece o experimenta un shock y se conmociona debido a una acción que otra persona le causó, ya sea bien intencionada o no, es instigado a lanzar una maldición. Uno de los Śrāpas más legendarios y conocidos es el de Nārada Muni que le dio al Señor Viṣṇu y gracias a esta maldición causó su encarnación en la Tierra como Śrī Rāma, donde tuvo que sufrir la agonía de la separación de su esposa Sitā Devī. Un Śrāpa se traduce a menudo como una maldición, pero la palabra maldición tiene una connotación diferente.

Según Wikipedia, una maldición, imprecación, desear el mal, execración, malicia o aversión es aquel deseo que uno expresa como la adversidad y la desgracia que caigan o se adhieran a una o más personas, lugares u objetos. En particular, “maldición” puede hacer referencia a un deseo o invocación de palabras que se hace efectiva por un poder sobrenatural o espiritual, como un Deva, un espíritu o una fuerza natural, o un acto de hechizo por magia o brujería; que afecta a la persona que lo recibe y en este sentido, la maldición también puede llamarse maleficio o conjuro.

En muchos sistemas de creencias, se considera que la maldición o el ritual que la acompaña tiene alguna fuerza causal que se manifiesta en este resultado. Revertir o eliminar una maldición a veces se llama “eliminación” o “ruptura”, ya que el hechizo debe ser disipado y, a menudo, requiere rituales u oraciones elaboradas. Esto significa que una maldición parece ser un deseo malicioso de hacer daño a los demás, en cambio un Śrāpa es diferente. Un Śrāpa no es un daño que uno desea infligir a los demás, sino que es una reacción espontánea a una mala acción que uno recibe. En el Brihat Parashara Hora Shastra hay un Adhyāya o capítulo que menciona que el término de maldición debe interpretarse como Śrāpa. Mientras que, en el mundo occidental la maldición se compara a menudo con la magia negra o abhicāra, o una aflicción debida a un fantasma o un espíritu incorpóreo. En el Sanātana Dharma (leyes naturales), se explica que es una reacción emocional espontánea a un daño, herida o conmoción impartida por alguien sobre el nativo. La persona que otorga el Śrāpa causa desgracias a la otra persona al invocar a los dioses o elementos sobrenaturales. En consecuencia, de esto, la persona maldecida se verá envuelta en la miseria y las dificultades. Del mismo modo, una tierra cuando es maldecida es devastada por guerras, conflictos, inundaciones, pestes, epidemias y hambruna.

Una persona es instigada a maldecir debido a las emociones extremas e intensas que recibe, por decir, la ira (Marte), penas y tristeza (Saturno) y el shock del engaño y la conmoción (Rahu). Tales emociones incitan a una persona a maldecir, las cuales a menudo llevan a la negación de los aspectos básicos de felicidad y alegría en la vida como el matrimonio, hijos, familia, hogar, dinero y profesiones, etc. lo cual la persona maldecida no podrá lograr.

El área de la vida afectada por el Śrāpa puede conocerse a partir de la casa/el regente de la casa que está involucrado en el Śrāpa, y la persona que maldijo o lanzó la maldición puede conocerse a partir del Kārakatva o los indicadores naturales del planeta/casa y regente de la casa que está afectado. En un Śrāpa, existe una causa (origen, fuente, el que maldice) y un efecto (destino, asuntos afectados por la maldición).

Lo opuesto a una maldición es una bendición (Aśirvāda), que una persona da para expresar gratitud hacia otra persona que la ha ayudado en un momento de dificultad. Cuando ayudamos a alguien, le dibujamos una sonrisa en el rostro y le hacemos sentir cómodo en una situación angustiosa, esa persona nos bendice. Es común escuchar a alguien decir “bhagavān tumhārī manokāmanāyeṃ pūrī kareṃ” o “bhagavān tumhārī rakṣā kareṃ”, o simplemente, “Dios te bendiga”, cuando ayudamos a los demás.  Mientras que una maldición nos hace miserables, en cambio una bendición nos ayuda a superar los desafíos de la vida.

Las bendiciones y las maldiciones son sin duda las dos caras de una moneda, con naturalezas y características similares, pero que se otorgan en circunstancias diferentes. Las bendiciones se otorgan cuando uno está bajo las emociones de satisfacción, iluminación espiritual (Júpiter), en un sentido de logro o amistad (Mercurio), cuando uno se siente abrumado por la empatía, el amor y la compasión (Venus/Luna). Cuando alguien causa felicidad uno bendice y cuando alguien causa sufrimiento uno maldice. En resumen, las conjunciones y los aspectos de los planetas benéficos naturales indican bendiciones que están presentes en la carta natal, mientras que las conjunciones y los aspectos de los planetas maléficos naturales indican maldiciones. En términos sencillos, las maldiciones son las piedras arrojadas a los demás, mientras que las bendiciones son las flores fragantes arrojadas a los demás.

En el Jyotiṣaśāstra, el estudio de los Śrāpas es un tema muy elaborado, y menciona que varias de nuestras miserias en la presente vida pueden atribuirse a las maldiciones que hemos recibido en vidas anteriores y en esta vida están manifestando sus frutos. Siempre que un planeta está mal ubicado (en las casas 6,8,12) en la carta natal, debe haber algo malo o mal intencionado que debimos haber hecho en vidas anteriores. Esto nos causará sufrimiento en la presente vida, y la persona que está representada por el planeta mal ubicado es la que probablemente nos maldijo en la vida pasada. Los Śrāpas son de varios tipos, que afectan casi todas las áreas de la vida, incluidas nuestras finanzas, honor, vida matrimonial y salud. Sin embargo, los más cruciales son los que afectan a la progenie de uno.

Estas combinaciones planetarias o yogas se tratan exhaustivamente en el Bṛhatparāśara en el Adhyāyapūrvajanmaśāpadyotanādhyāyaḥ” y se denominan combinaciones planetarias de ausencia de hijos o Yogas Sutakṣaya. Sutakṣaya significa pérdida o negación de los hijos. Aunque el término Suta se traduce generalmente como hijos, algunos eruditos opinan que esto se relaciona específicamente con el nacimiento de un hijo. Porque en el Sanātana Dharma, se cree ampliamente que el hijo hombre es el que debe encender la pira funeraria de uno y liberar a su padre o el nativo (que falleció) de la esclavitud de este mundo material. El Adhyāya sobre los Śrāpas es extenso, y Maharṣi dedica 111 versos o ślokas para dilucidar este asunto de todos los Śrāpas que se pueden manifestar en la vida.

Aunque Maharṣi Parāśara narra los principios de los Śrāpas explícitamente aplicado a los hijos, nada nos impide aplicarlos a otros asuntos de la vida. Por ejemplo, al comprender el principio subyacente detrás del Sarpaśrāpa Sutakṣaya Yoga, deberíamos ser capaces de aplicar estos principios, es decir, las maldiciones de las serpientes, a otras áreas de la vida. Por lo tanto, debemos estudiar el Adhyāya de Maharṣi Parāśara para comprender la esencia de los principios y aplicarlos también a otras áreas de la vida. ¡Una maldición no solo nos niega un hijo, sino que también puede causar otros sufrimientos en la vida!

Se ha escrito y ha hablado extensamente sobre las maldiciones. Se explica que una maldición es indicada por un planeta o un signo, es decir, si está en conjunción o en aspectos por al menos 2 planetas maléficos. Algunos también añaden los yogas Astāṅgata y Pāpakartari (rodeado de planetas maléficos) a las aflicciones que manifiestan una maldición. Si bien esto tiene sentido, ya es bien sabido que cuando un planeta está en mal estado, es decir, debilitado/en signo enemigo en la D1-D9 y está sujeto a una conjunción, aspecto, rodeado de maléficos o derrotado en una guerra planetaria– según el texto clásico Parājita etc., indica sufrimientos en la vida causados por ese planeta en aflicción.

Maldición o no, indudablemente hay sufrimiento, y se transmite en la forma de los indicadores naturales del planeta/signo/casa que están involucrados. Existe esta interrogante, cuando un planeta está mal ubicado y está sujeto a una conjunción o aspecto por un solo planeta maléfico ¿Indicará sufrimientos? Si es así, ¿no podemos decir que esto también es un Śrāpa? Creo que podemos decir muy bien que también lo es.

Porque si podemos atribuir que el sufrimiento causado por dos o más planetas maléficos es una maldición, también podemos atribuir lo mismo al sufrimiento causado por un solo planeta maléfico. Como veremos a partir de los principios astrológicos mencionados por Maharṣi Parāśara, existen varias combinaciones planetarias que activan también un Śrāpa, y no solo debemos limitarnos de manera estricta solo a las aflicciones causadas por los aspectos en Graha Drishti de dos o más planetas maléficos.

Se explica también que se puede ver a la persona que nos puede liberar de la maldición y esto se ve en el planeta que ha sufrido la aflicción por causa de dos o más planetas maléficos. En este sentido, Júpiter afectado indica un Brāhmaṇa/sacerdote/pundit, Mercurio/amigos/parientes/tíos maternos. Venus/la esposa(o), hermanas, hijas, la Luna/la madre, el Sol/el padre. Algunos astrólogos consideran a los planetas maléficos como Saturno, Marte, Rahu y Ketu fuera de escena, como si estos no fueran capaces de otorgar maldiciones porque carecen de mérito espiritual para otorgar una maldición o porque los planetas maléficos no pueden afligirse entre sí, aunque sean planetas maléficos terribles.

Pero ¿qué tan cierto es esto? ¿A caso no puede una maldición ser otorgada por un sirviente (Saturno), hermanos (Marte) o criaturas como las serpientes (Rāhu/Ketu)? Maharṣi Parāśara afirma que las serpientes pueden otorgar maldiciones; por lo tanto, no vemos la razón por la cual un planeta maléfico no pueda otorgar una maldición.

Se supone que una maldición es creada cuando un planeta benéfico recibe aspectos en Graha Drishti por al menos 2 planetas maléficos. Se debe observar con relación a los aspectos que un planeta maléfico tiene sobre un planeta benéfico, categóricamente se menciona un aspecto en Graha Drishti porque es solo esta clase de aspecto que indica las emociones mentales. Los aspectos en Rāśidṛṣṭi no se utiliza para determinar los Śrāpas. (Para aprender la diferencia entre los aspectos Graha Drishti y Rashi Drishti, ver en mi canal de Youtube la clase de “Aspectos Planetarios”). Se declara que el estado emocional por el cual un planeta lanza una maldición se conoce por el planeta maléfico que lo aflige.

Por lo tanto, Marte indica ira, Saturno tristeza y Rāhu shock del engaño, conmoción/traición. Una interpretación estricta de esto puede ser desastrosa. ¡Veamos cómo! Supongamos que una sirvienta anciana trabaja en nuestra casa haciendo servicio doméstico, y yo torturo a esta persona, no le doy comida a tiempo, y cada día que pasa le doy menos comida y le causo agonía. ¿Qué sucede si ella maldice debido a la tristeza y el dolor que le he causado?

Aquí, Saturno es el indicador natural o Kāraka de la persona en cuestión porque Saturno indica sirvientes/ayudantes/ancianos, y la emoción de “dolor” también es indicada por Saturno. Pero debido a que Saturno no se puede aspectar así mismo, teóricamente, ¿Esto significa que un sirviente no puede lanzar una maldición debido a la tristeza/agonía mental que experimenta? Sabemos que esto no es cierto. Si causamos dolor o sufrimiento a los demás, independientemente si la persona es un santo o un sirviente, puede lanzar un Śrāpa. Si el que lanza la maldición tiene una base moral sólida la maldición será más fácil de lanzarla y la persona que recibe la maldición sin duda que lo experimentará en su vida.

En resumen, una maldición que viene de una vida pasada se representa en la carta natal cuando un planeta benéfico natural o una casa están afectados por 2 o más planetas maléficos naturales como Marte, Saturno y Rahu especialmente en Graha Drishti.  La razón para considerar los aspectos en Graha Drishti y los aspectos en Rashi Drishti es porque una emoción es la que causa una maldición y es el resultado de un deseo de infligir daño y dificultades a otra persona.

Los planetas benéficos naturales son Júpiter, la Luna, Venus y Mercurio. El Sol, aunque es un planeta Krūra también se incluye en la lista de benéficos. El Śrāpa indicado por Júpiter se llama Brahmaśrāpa, por la Luna Mātṛśrāpa, Venus, Patniśrāpa, Mercurio Mātulaśrāpa, y el Sol Pitṛśrāpa. Cuando cualquiera de estos planetas es aspectado por 2 o más planetas maléficos como Marte, Saturno y Rahu, indica que una maldición ha sido lanzada sobre el nativo. Marte representa la ira, Saturno la tristeza y Rāhu la conmoción/el shock del engaño.

La casa donde se ubica el planeta benéfico que está afectado muestra el área de la vida que estará afectada por el Śrāpa. Si la maldición se conecta con el planeta Ātmakāraka, la maldición será severa y el nativo estará gravemente afectado. La conexión con la casa 8 o el regente de la 8 indica que también debe confirmarse en la carta D9. Si el planeta Ātmakāraka o el regente del ascendente está involucrado indica que sin duda al nativo le ha caído una maldición. Si existe más de una maldición presente en la carta natal, se debe determinar cuál es la que está más afectada para considerarla una maldición primaria y las otras maldiciones serían secundarias.

La maldición primaria muestra el área de máximo sufrimiento, mientras que las maldiciones secundarias muestran un sufrimiento relativamente menor. Esto indica que la maldición primaria afecta toda la vida del nativo, mientras que las maldiciones secundarias se activan solo en ciertos Daśābhuktis o períodos planetarios. Si existen más de una maldición presente en la carta natal, para elegir la maldición primaria depende de (1) del planeta que es más benéfico de todos, (2) el planeta que está más afectado de todos, y (3) la maldición donde involucra al planeta Ātmakāraka y al regente del ascendente.

Cuando se debe hacer un remedio, debe realizarse solo para la maldición primaria. Debido a que, al eliminar la raíz del problema en una carta astral, también se eliminarán los otros problemas menores/secundarios. Podrían existir otros Doṣas negativos en la carta natal, como nacer en Amāvasyā (luna negra), Caturdaśī (14vo día lunar de la fase menguante) y Saṅkrānti (el Sol cambiando de signo), etc., que también se alivian cuando se remedia una maldición primaria. Una vez que se elimina la maldición primaria, las maldiciones secundarias se vuelven ineficaces.

La herramienta para cronometrar la manifestación de la maldición es el Mūla Daśā, es un período planetario especial que Sārāvalī explica en detalle. Esto también se conoce como el Lagna Kendrādi Graha Daśā. El daśā comienza desde el más fuerte entre el ascendente, el ascendente lunar y el ascendente solar. Después de que el Daśā de los Kendras (casas angulares) se completa, tiene lugar el Daśā de los Panapharas (casas sucedentes) y Apoklimas (casas cadentes). Se entiende que, entre todos los planetas que tienen una maldición, el planeta más negativo entre todos ellos es el que otorga la maldición en el Mūla Daśā.

Debido a la terminología del Daśā, es decir, Mūla significa raíz, asociarlo a las maldiciones es una locura. Nada puede estar más lejos de la realidad como para suponer que este Daśā está destinado únicamente para ver las maldiciones en el tiempo. Mūla Daśā también se llama Piṇḍāyurdaśā y los 3 Daśās significativos están asociados con la fuerza de los 3 ascendentes. Piṇḍāyurdaśā es aplicable cuando el Sol es el más fuerte entre los 3 ascendentes.

Cuando la Luna es el más fuerte entre los 3, el Daśā aplicable es Nisargāyu, y cuando el ascendente es el más fuerte, entonces el Daśā aplicable es Amśāyu. La duración de los Daśās depende de la longevidad asignada al planeta. Estos Daśās son considerados los más significativos para cronometrar eventos incluso el Ācārya Varāhamihira también lo acepta, aunque no ha escrito nada sobre el Vimśottarī Daśā. El cálculo y la aplicación tanto de Mūla como de Naisargika Daśā presentados por algunos astrólogos son engañosos, y uno debería estudiar los textos originales clásicos como el Bṛhatparāśara, Bṛhat jātaka y Sārāvalī. Este tema ha sido aclarado adecuadamente en un artículo dedicado a esto.

La historia védica de la india está repleta de maldiciones, y aquí se mencionan algunas legendarias. El Señor Viṣṇu tuvo que encarnar como el Señor Rāma debido a la maldición de Nārada Muni, que causó la separación de Sitā Devī del Señor Rāma. Nārada Muni es un ferviente devoto del Señor Viṣṇu, un músico que viaja por todas partes del universo, llevando noticias que suscitan controversias pero que finalmente resultan en el bienestar de la gente.

Una vez, Nārada estaba haciendo una intensa austeridad o tapasyā en un bosque llamado Tapovan, que fue bendecido por el Señor Śiva para que nadie pudiera molestar a una persona que meditara allí. El Señor Indra se preocupó, temiendo que Nārada pudiera apoderarse de su trono, envió a Agni (dios del fuego), Vāyu (dios del viento) y Varuṇa (dios de las aguas) para que rompieran la austeridad de Nārada. Varuṇa hizo llover, Vāyu hizo que el viento soplara fuertemente y Agni prendió fuego al lugar, pero eso no pudo perturbar a Nārada.

Después de que admitieron la derrota, el Señor Indra llamó a Kāmadeva (dios del amor) y lo envió para perturbar a Nārada incitando la lujuria. A pesar de sus mejores esfuerzos, Kāmadeva no pudo tener éxito y cayó a los pies de Nārada, aceptando su derrota. Esto hizo que Nārada se volviera arrogante, quien narró esta historia al Señor Śiva en Kailāśa, alardeando de que había conquistado la lujuria. El Señor Śiva sonrió y le advirtió que no le contara la historia al Señor Viṣṇu.

Nārada no pudo controlar su arrogancia y, después de llegar a Vaikuṇṭha, la morada del Señor Viṣṇu, le contó también el incidente. El Señor Viṣṇu se dio cuenta del falso orgullo de Nārada y ordenó a Māyā que destruyera el ego de Nārada lo antes posible. Māyā utilizó su magia para crear un reino falso donde el rey Śīlanidhi gobernaba. El rey estaba organizando una ceremonia de matrimonio Svayaṃvara para casar a su hija Viśvamohinī.

Cuando Nārada llegó al palacio, el rey, deseoso de saber el futuro de la princesa, le pidió que mirara la palma de la mano de la princesa y predijera el futuro. Después de mirar a la hermosa princesa y la palma de su mano, Nārada vio que estaba escrito que, aquel que se case con esta princesa se convertirá en el señor de los 3 mundos y que viviría como viven los dioses. Y de repente, Nārada pensó: “Bueno, debería casarme con esta muchacha”. Y dijo: “Bueno, todo se ve maravilloso en su mano, y ella va a encontrar al príncipe más hermoso y apuesto, y se casarán y serán muy felices”.

Al darse cuenta de esto, olvidó su voto de celibato y deseó casarse con la princesa. Se dirigió directamente a Vaikuṇṭha, y al llegar allí, le pidió al Señor Viṣṇu que hiciera que su rostro se pareciera al de Hari, y el Señor Viṣṇu le concedió su deseo de que su rostro se pareciera al de Hari. Sin embargo, en sánscrito, Hari tiene diferentes significados que incluyen el Señor Viṣṇu, el Señor Indra, Sūrya, Candra, Caballo, Mono, León y Pavo Real. Nārada, en su prisa por asistir al Svayaṃvara, no verificó cómo se veía y se dirigió directamente a la ceremonia de matrimonio.

Nārada fue a la asamblea de todos los reyes y príncipes y entró, sabiendo que era el príncipe más hermoso, pensando que la princesa sin duda lo elegiría. La princesa tomó la guirnalda y caminó alrededor de la asamblea de príncipes. Miró los rostros de todos los reunidos allí y pasó delante de mucha gente, y llegó a Nārada Muni, lo miró y comenzó a reír. Luego pasó junto a él, llegó al último de los reyes reunidos y le puso la guirnalda al Señor Viṣṇu. Nārada dijo: “¡Espera! Cometiste un error; yo soy el hombre más hermoso aquí, el príncipe más apuesto que merece esta guirnalda”. Y todos comenzaron a reír.

Jaya y Vijaya, los dos guardias del palacio del Señor Viṣṇu, fueron donde estaba Nārada, y dijeron: “¿Por qué estás tan poseído por ti mismo? ¿Estás tan lleno de autoconfianza que no sabes cómo eres? Ven y mírate en este espejo y observa qué tipo de apariencia particular tienes”.

Nārada fue y se miró en el espejo y vio que tenía la cara de un mono. Y se enojó tanto que tomó un Gaṅgājala (una vasija con agua del Ganges) en su mano y dijo: “Viṣṇu, te pedí que me hicieras hermoso para poder conseguir el corazón de mi amada y ganar a mi amada, y en cambio, me convertiste en un mono. Y ahora he perdido a mi amada; ¡Te maldigo, Viṣṇu! Perderás a tu amada y sufrirás los dolores de la separación de ella. Y para recuperarla, te harás amigo de los monos, que serán tus ayudantes, salvadores y devotos. ¿Y piensas que es gracioso que parezca un mono y que haya perdido a mi amada? ¡Aquí está mi maldición!”.

El Señor Viṣṇu sonrió cuando recibió la maldición. Y dijo: “Acepto tu maldición, Nārada, y me encarnaré como un ser humano, y mi consorte Lakṣmī Devī será mi esposa. Soportaré la separación de ella. Pero todo esto es para cumplir las maldiciones contra Jaya y Vijaya, quienes en la primera encarnación se convirtieron en Madhu – Kaiṭabha. En su segunda encarnación, se convirtieron en Hiraṇyākṣa y Hiraṇyakaśipu. Y luego, en su tercera encarnación, se convirtieron en Kumbhakarṇa y Rāvaṇa.

Ahora debo descender y salvar la Tierra de las atrocidades de Rāvaṇa, así que acepto tu maldición”. Más tarde, cuando Nārada le preguntó por qué lo convirtió en cara de mono, el Señor Viṣṇu le recordó los sinónimos de la palabra “Hari” en sánscrito, y Nārada no había especificado en qué sentido usaba ese nombre. Más tarde, Viṣṇu lo dejó claro, diciendo que todo eso era una ilusión creada por él para humillar a Nārada, Nārada también se dio cuenta de su error y se sintió avergonzado por su comportamiento. El Señor Viṣṇu, en su séptima encarnación como el Señor Śrī Rāma, tuvo que enfrentar la maldición debido a la cual su esposa Sitā Devī fue raptada por Rāvaṇa y Śrī Rāma tuvo que buscar la ayuda del Señor Hanumān.

En el Rāmāyaṇa, la esposa del rey mono Bali maldijo a Śrī Rāma para que perdiera a Sitā Devī poco después de recuperarla (de Rāvaṇa). También declaró que Sitā Devī regresaría a la Tierra. Esto sucedió después de que Śrī Rāma matara a Bali cuando estaba teniendo un duelo con Sugriva. Tārā Devī también maldijo a Śrī Rāma que, en su siguiente nacimiento, Bali lo mataría, lo cual se cumplió cuando, en el siguiente Avatāra de Viṣṇu, un cazador, que era la siguiente encarnación de Bali, mató al Señor Kṛṣṇa lanzándole una flecha en el talón del pie.

Cuando los Sanatkumāras maldijeron a los guardias del palacio del Señor Viṣṇu, Jaya y Vijaya, ellos nacieron como Rāvaṇa, Kumbhakarṇa, Hiraṇyakaśipu e Hiraṇyākṣa. El Señor Viṣṇu tuvo que descender en cuatro Avatāras para liberarlos de su maldición.

Al principio de la creación, para ser ayudado en el proceso de la creación, el Señor Brahmā creó cuatro hijos nacidos de la mente, o “Mānasaputras”, llamados Sanaka, Sanandana, Sanātana y Sanatkumāra. Todos ellos eran encarnaciones de Sattvaguṇa puro y carentes de cualquier signo del Ṣaḍripus (debilidades). Cuando Brahmā les pidió que participaran en el proceso de la creación, los Kumāras rechazaron su orden de procrear y en su lugar se dedicaron a Īśvara (adorar a dios) y Brahmacārya (hacer celibato). Pidieron a su padre la bendición de permanecer perpetuamente como niños de cinco años. Debido a la bendición de Brahmā y a la fuerza de sus austeridades, los Kumāras parecían niños de 5 años. Una vez, cuando los Kumāras fueron a ver a Śrī Viṣṇu en Vaikuṇṭha, Jaya y Vijaya, los porteros de Vaikuṇṭha, los detuvieron en la puerta, pensando que eran niños.

Ellos dijeron a los Kumāras que Śrī Viṣṇu estaba descansando y que no podía verlos ahora. Los Kumāras respondieron que el Señor ama a Sus devotos y siempre está disponible para Sus devotos. Exigieron a Jaya y Vijaya que no les impidieran ver a su Señor. Pero Jaya Vijaya no se inmutaron y siguieron discutiendo con ellos. Debido a la Māyā del Señor Viṣṇu, los Kumāras se enfurecieron y, en un ataque de ira, maldijeron a los Dvārapālas, Jaya y Vijaya, diciéndoles que tendrían que abandonar su divinidad y nacer como mortales en la Tierra y vivir allí. Cuando los Kumāras maldijeron a Jaya y Vijaya en la puerta de Vaikuṇṭha Loka, Śrī Viṣṇu apareció ante ellos, y los porteros le pidieron a Śrī Viṣṇu que anulara la maldición.

Śrī Viṣṇu dijo que la maldición de los Kumāras no podía revertirse. En cambio, Señor Viṣṇu, dio a Jaya y Vijaya dos opciones. La primera opción sería tomar siete nacimientos en la Tierra como devotos de Śrī Viṣṇu, mientras que la segunda sería tomar tres nacimientos como enemigos de Él. Después de cumplir cualquiera de estas sentencias, podrían recuperar nuevamente el estatus en Vaikuṇṭha y estar con Él permanentemente.

Jaya y Vijaya no podían soportar la idea de permanecer lejos de Viṣṇu durante siete vidas; por lo tanto, aceptaron convertirse en Sus enemigos. En el primer nacimiento, Jaya y Vijaya nacieron como Hiraṇyākṣa e Hiraṇyakaśipu en Satya Yuga. Hiraṇyākṣa era un asura, hijo de Diti Devī y Kaśyapa Ṛṣi. El Señor Viṣṇu lo mató después de que llevó la Tierra al fondo del “Océano Cósmico”.

Śrī Viṣṇu asumió el avatar de un jabalí, Varāha, y se sumergió en el océano para levantar la Tierra, matando en el proceso a Hiraṇyākṣa, que lo estaba obstruyendo. La batalla duró mil años. Tenía un hermano mayor llamado Hiraṇyakaśipu, quien, después de haber emprendido penitencias que lo hicieron increíblemente poderoso e invencible a menos que se cumplieran varias condiciones, fue matado más tarde por el Señor Nṛsiṁha, otra encarnación de Śrī Viṣṇu.

En Treta yuga, Jaya y Vijaya nacieron como Rāvaṇa y Kumbhakarṇa y fueron matados por Śrī Viṣṇu en Su encarnación de Śrī Rāma. En Dvāpara Yuga, Jaya y Vijaya nacieron por tercera vez como Śiśupāla y Dantavakra, y Śrī Kṛṣṇa los mató. De esta manera, Jaya y Vijaya alcanzaron la liberación después de tres nacimientos.

Existe una variedad de otras maldiciones en los Purāṇas, y aquí se mencionan algunas notables. Los padres de Śravaṇa Kumar maldijeron a Daśaratha para que sufriera por su hijo, lo cual se hizo realidad debido a los favores otorgados a Kaikeyi. Mahārāja Dasharatha murió en la agonía porque Śrī Rāma su hijo lo abandonó porque tuvo que ir al exilio y porque no pudo gobernar debido a la maldición.

En Bālakānda del Rāmāyaṇa, en un episodio, se menciona cómo Maharṣi Gautama descubrió un romance entre Indra y su esposa Ahalyā, y la maldijo para que se convirtiera en piedra. El Señor Rāma más tarde la liberó.

Maharṣi Gautama también maldijo a Indra para que en su cuerpo le salieran mil Yonis (vaginas), llamados Sahasrayoni. Más tarde, él convirtió esta maldición en una bendición, e Indra obtuvo mil ojos. Indra también es conocido como Sahasrākṣa.

Continuará….
Hare Krsna
Ramanuja Das
25/8/2024
Roma-Italia

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